jueves, 3 de noviembre de 2011

EL LOBO EN AVILA LA HISTORIA DE UN ANTAGONISMO

Publicado inicialmente el 18/3/2005

Hemos observado atentamente los acontecimientos relacionados con el lobo en nuestra provincia en los últimos años. Tanto desde el punto de vista del naturalista, es decir su estudio en el campo, como desde su aspecto antropológico, este seguimiento ha sido y es, apasionante. 

Somos conscientes del interés social y periodístico que suscita tan legendario carnívoro. Social por los daños y preocupaciones que causa en los sectores ganaderos, las expectativas de una u otra índole que provoca en sectores cinegéticos (cazadores),o ecologistas y también los problemas de gestión en medios ejecutivos y políticos, los encargados de resolver los conflictos. Periodísticos por el filón de noticias que genera el lobo en aquellos lugares en los que ha reaparecido por causas absolutamente naturales. Noticias de indudable interés social, pero también con un gran potencial para el sensacionalismo que conlleva el inevitable alarmismo. 

En algunos artículos de la prensa local, la curiosidad nos asaltaba con experiencias y opiniones personales, relatos del pasado, algunos verdaderamente pintorescos, vivencias de otros tiempos, recuerdos entroncados en otras formas de vida e incluso en otras culturas, que intentan convencernos de la malignidad del lobo en todos sus aspectos. Corroborando la imagen legendario-mitologica que tenemos del animal en cuestión. Porque el lobo no es una especie cualquiera, sino que esta muy presente en nuestra psiquis, de una forma, diríamos que incluso atávica, dando lugar a la aparición de leyendas, supersticiones, cuentos...,etc. 

Pero frente a esta imagen de ser mágico y totémico, tenemos al lobo como entidad biológica. Un componente del riquisimo mosaico de la fauna de la Península Ibérica, en cuya pirámide ecológica, ocupa las ultimas escalas como superpredador salvaje. Efectivamente, Canis lupus signatus es un ser vivo cuya ecología, que es la ciencia que estudia lo que ocurre en la naturaleza, es muy complicada de estudiar, por eso la sorpresa nos invadía cuando leíamos en un periódico abulense, el numero exacto de lobos que según esta información, deambulaban por nuestra provincia. ¿Que fuentes se consultaron para expresar la cifra de 49 lobos en Ávila?. ¿Quien puede atestiguar esta afirmación con estudios serios?. Francamente, esto nos pareció sensacionalismo periodístico. 

Nadie, ni siquiera los especialistas estudiosos de este formidable carnívoro, pueden saber el numero exacto de lobos de una población salvaje. La dinámica social y los hábitos y costumbres lobunos hacen prácticamente imposible este hecho. Se pueden aventurar estimaciones o tendencias poblacionales, incluso censos, muy costosos en esfuerzos, de manadas o grupos familiares, que nunca delimitaran el numero exacto de individuos. 

En este sentido, consultando los últimos estudios sobre la especie en nuestro país, podemos conocer la evolución que ha experimentado la distribución geográfica del lobo ibérico en Castilla y León en los últimos años , (información detallada en la publicación: Ecología, Censos, Percepción y Evolución del Lobo en España. J.C. Blanco y Y. Cortes). 

La llegada a nuestra provincia se produce tras un largo proceso de recolonización de la estepa cerealista de la Meseta, y tras superar barreras tanto naturales como artificiales, ( Río Duero y autopistas y grandes infraestructuras). Aquí se encuentra con la situación mas hostil de todas, al hombre dispuesto a cortarle el paso a toda costa, a pesar de ser especie protegida al sur del Duero. Así desde el comienzo de la década de los 90 sabemos que están muriendo lobos ilegalmente en el oeste de la provincia. Es una situación típica de los lugares donde su presencia no es deseable por causar graves daños al ganado extensivo. Esta fluctuación en la aparición de lobos en nuestros montes ha hecho pensar erróneamente a muchos hombres del campo que estos lobos habían sido soltados? Nada mas lejos de la realidad, la capacidad de reproducción de esta especie y su estrategia ecológica la ha llevado a conseguir instalarse mas establemente en los montes abulenses, y así en la primavera del año 2001 se descubrió por primera vez en décadas, la reproducción del lobo ibérico en la provincia de Ávila. 

Las sierras intermedias abulenses ofrecen un hábitat potencialmente adecuado desde el punto de vista del dominio vital, entendiendo como tal el área en el que se desarrollan las actividades de una especie relacionadas con su reposo, reproducción, búsqueda de refugio y alimentación. Y es en este ultimo punto donde surgen los problemas, puesto que gran parte de las presas naturales del lobo desaparecieron como él, por una transformación del medio, por parte del hombre el cual ,sustituye los ungulados salvajes por su propia cabaña ganadera. Así, este oportunista animal, se encuentra, al recolonizar esta zona, una ganadería en extensivo con muy pocos cuidados por parte del hombre, ya que hasta ahora no habían sido necesarios. Por lo que los daños que se producen son de cierta envergadura, aunque no todos producidos por los lobos, tengamos en cuenta la alta densidad de perros asilvestrados o malacostumbrados a vagar a sus anchas por las zonas ganaderas. 

El conflicto entre dos grupos sociales es inevitable. En las posturas mas extremas encontramos a los ganaderos cuyo ideal seria la no existencia del cánido y en lado opuesto tendríamos a cierto sector urbano defensor a ultranza del lobo y todo lo que representa. Así, cualquier medida , por parte de la administración, encaminada a satisfacer a un sector, seria inaceptable para el otro. 
Se hace necesario entonces una buena estrategia encaminada a conciliar razonablemente las demandas de ambos sectores. 

Nuestra administración debe de invertir un mayor esfuerzo, no solo económico, sino de asesoramiento e incluso educativo. Exponiendo, por ejemplo, que medidas preventivas se pueden tomar para minimizar en lo posible, los daños producidos por los ataques lobunos, (perros mastines, naves para el ovino,...etc.) Por otra parte no esta de mas recordar las cuantiosas ayudas que se perciben en el ámbito agrícola, muchas veces no exentas de picarescas, para hacer compatibles ciertas actividades agrarias con la preservación de la flora y fauna locales. .Ayudas que proceden de todos los contribuyentes europeos. 

Tenemos y debemos mantener al lobo en nuestro rico listado de especies salvajes. Enriquece nuestros ecosistemas, nuestro acervo cultural e incluso nuestro patrimonio turístico. Si, como es costumbre en el mundo de hoy, todo pasa por tener una rentabilidad económica, la presencia de una especie como esta en Ávila, supone una futura fuente de ingresos por el camino de lo lúdico, e incluso de la cinegética, opción, esta ultima, que requerirá una serie de estudios previos, ya que las estimaciones poblacionales actuales aún no lo permitirían, porque en realidad campean muy pocos lobos por las tierras abulenses. 

En definitiva, pensamos que los daños provocados en Ávila por los lobos, son perfectamente asumibles económica y socialmente sin necesidad de llegar a tomar medidas drásticas en detrimento del carnívoro salvaje. 
Somos conscientes de las dificultades de resolver los conflictos, pero aboguemos por la sensatez y el dialogo para obtener acuerdos, huyendo de medidas radicales que desequilibrarían la balanza en un sentido o en otro. Y aquí entra la gestión de la Administración Autonómica, que esperamos comience a ser acorde con los tiempos que corren, y este a la altura de una Europa moderna en la que estamos inmersos.



José R Matías

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