viernes, 18 de noviembre de 2011

Tropico, un juego que permite comprender los mecanismos del crecimiento y la Naturaleza

Un juego de estrategia que ilustra el problema del desarrollo y la Naturaleza


Publicado inicialmente el 28/10/2008


En muchas ocasiones se acusa a los ecologistas de querer detener el progreso, querer convertir Ávila en un paraíso natural donde no haya salidas para nadie, etc. Dejando para otro artículo las consideraciones de comentarios oportunistas y sólo guiados por una conyuntura momentánea, desde Colectivo Cantueso proponemos una forma de entender lo que es desarrollo sostenible. 

Os proponemos el juego de Trópico que podéis encontrar en sitios como este . Ha sido desarrollado y versionado posteriormente por Pop Top Software. En él somos el gobernante de una isla tropical, la música y otros detalles hace ver que del Caribe español, en la que podemos cultivar los productos típicos de esa región (tabaco, maíz, frutas tropicales, etc), talar sus bosques obviamente tropicales, explotar sus ricos caladeros de pesca, crear industrias para fabricar conservas, ron, tablones de madera, puros, etc y por su puesto el turismo de sol y playa en un principio. 

El juego genera un ambiente extraordinario de ruidos, sonidos y música. Cuando nos movemos por la ciudad escuchamos el ajetreo diario, si nos vamos desplazando hacia el mar escuchamos las olas, si lo hacemos hacia la selva toman protagonismo el canto de los pájaros. A su vez los gráficos tampoco se quedan atrás y podemos ver la clásica retaíla de personajes ya implantados por otros juegos como el Cesar y su saga de civilizaciones antiguas, pero en este caso no se forman esos tumultos de personas. 

Lo que tiene de bueno el juego es darse cuenta que el modelo sobre el que podemos basarnos, la construcción desenfrenada no es sostenible. En un principio no es difícil encontrar lugares donde instalar un hotel agradable. Esta, el turismo, es una fuente de ingresos rápida, constante y que requiere muy poca inversión comparada con una industria o un estadio. Pero según vamos haciendo crecer nuestra isla con esos recursos vamos necesitando más población y más alimento, con lo cual debemos construir más granjas; pero al mismo tiempo más casas o bloques de vecinos o bloques de apartamentos o cualquier otra opción disponible para alojar a la población (la opción de dejarlos sin casa es aún peor para la sociedad y el medio ambiente como ocurre en la realidad). Si aumentamos las viviendas para alojar a una población creciente también debemos aumentar los servicios y con estos conseguir más alimento e ingresos. 

La espiral de crecimiento, mejoras, alimento, más crecimiento nos termina poniendo en la disyuntiva a lo largo de la partida. Podemos crear aserraderos para traer riqueza a nuestra isla, pero eso terminará con la selva y con ella se pierde el atractivo para el turismo y para nuestra población, además de aumentar la contaminación, como es en realidad. 

Otra alternativa sería construir puertos de pesca para alimentar a la gente y exportar o envasar lo que sobre; pero antes o después, generalmente antes, esquilmaremos los caladeros, como ya están en la mayoría o en la totalidad del Planeta. 

Otra opción es fomentar el turismo de lujo con piscinas, casinos, cabarets, restaurantes de lujo, etc, pero eso supone aumentar la construcción y con ella destruir los bosques de la isla, perdiendo su atractivo. 

Como he indicado en un principio Trópico es un juego, por lo tanto su misión no es enseñar sino divertir. Pero podemos aprender de lo que no es desarrollo sostenible, con un modelo así a la larga no habrá isla para cultivar y/o para construir, pasando rápidamente de unas ganancias sustanciosas, si has conseguido hacerlo bien, a un situación cada vez más paupérrima de las arcas públicas y en la vida de los visitantes. 

Ciertamente el juego tiene fallos, o mejor dicho, desajustes con la realidad. Así uno de los problemas es conseguir pronto trabajadores, tanto cualificados como no cualificados, cosas que en la inmensa mayoría de las naciones el problema es cómo lograr emplear a todos los posibles trabajadores que habitan un país. 

Para los que sean amantes de la estrategia, en este caso muy poco orientada a lo militar, es un título recomendable y con una enseñanza clara de que la construcción no es la salida para nada a largo plazo.

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