miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL AGUA EN AVILA, UN RETO PARA EL SIGLO XXI

Publicado inicialmente el 28/1/2005

Hace años, no tantos, cuentan los agricultores con memoria y edad suficiente, que el agua en muchos pueblos de Ávila se sacaba de pozos a unos pocos metros de la superficie, con el tiempo los pozos tuvieron que ser cada vez más profundos, y ahora ya están algunos sondeos superando los 200 metros de profundidad. Muchos de los pueblos de la provincia tienen actualmente problemas con el Arsénico, otros tienen problemas de abastecimiento por falta de agua, y los hay que sus problemas, los más, son debidos a la alta contaminación de las aguas que utilizan para beber, contaminadas casi desde el principio de su nacimiento. 

Ríos que antaño tenían toda clase de pesca, hasta anguilas, ahora son un cauce seco que solo ve correr el agua los días de fuertes lluvias. 

Esta sobreexplotación del agua, crea un efecto especial en muchas especies vegetales y animales. Para las vegetales, al bajar el nivel freático de las aguas, hace que sus raíces no lleguen a conseguir el agua, con lo que se debilitan y acaban muriendo, o siendo pasto de multitud de enfermedades, iniciándose entonces toda una cadena de desgracias ecológicas, mueren los árboles, desaparecen como refugio de multitud de animales, se incrementa la erosión, aumentan los incendios, se empobrecen los suelos, disminuye el efecto que realizan de recoger humedad a través de su follaje, se acaba su acción de cortavientos, y se deja de producir sombra. Los animales también padecen el efecto de la desaparición de ríos, arroyos y fuentes, por un lado el alimento vegetal disminuye por falta de humedad, también sus refugios, y además, el encontrar agua para beber se convierte en una labor difícil y peligrosa, todos han de ir en las épocas secas a los mismos puntos de agua, que además son escasos. Ni que decir tiene que las especies acuáticas como los peces, el cangrejo de río y los anfibios han desaparecido por completo de muchos puntos, gracias a la falta de agua y a la alta contaminación.

El valor del agua ya es una realidad, es un coste añadido de nuestra sociedad, un coste alto y que va en aumento. 

Y sobre nuestra salud también empezamos a saber el valor del agua, antes se cogía de las fuentes o del grifo de casa, ahora la compramos en botellas, la de la red en ciudades como Ávila no se puede beber por su baja calidad, en otros pueblos se abastecen con cisternas, porque el solo hecho de lavarse con aguas contaminadas de Arsénico puede producir todo tipo de enfermedades. Los lugares donde antaño nos bañábamos en verano, han de ser analizados todos los años, siendo ya muchos de ellos focos de infecciones. 

El agua y el uso que de ella hagamos es un reto para este siglo, y también es un reto encontrar las fórmulas precisas para su conservación. En Ávila, en toda la provincia, se debe hacer un esfuerzo intelectual primero, y sobre el terreno después, para lograr ese equilibrio entre hombre y naturaleza que nos da el agua, gracias a la cual disfrutamos una.

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