martes, 15 de noviembre de 2011

TOPILLOS Y ECOLOGISTAS

Consideraciones sobre la plaga de topillos


Publicado inicialmente el 15/8/2011


Los topillos, Microtus arvalis en latín, los ha habido en este país desde hace bastantes años, exactamente año arriba año abajo desde el cuaternario, tenemos datos de fósiles de los mismos en dos lugares, en Atapuerca (Burgos) del pleistoceno y En Villacastín (Segovia), con esto lamento destruir la primera teoría de los rumorologos, la que dice que los topillos son una especie creada por el gobierno o por ecologistas para dar de comer a culebras y rapaces, a no ser que en el pleistoceno, hace un millón de años existiera algún grupo ecologista con laboratorio. 

Que se sepa también estos mismos animalillos han poblado nuestros campos desde entonces, lo que destruye la segunda teoría de nuestros amigos, la de que alguien los trae de países lejanos, es bastante estúpido traer algo que ya está en el sitio. Nadie lleva arena a un desierto, a no ser que sea un poquito tardo. 


Que se sepa también, estos mismos topillos con inviernos fríos, reducen su número drásticamente y no constituyen plaga, y todos sabemos que actualmente ya no hiela como antes, ni nieva como antaño. Posiblemente el cambio en el clima tenga mucho que ver.

 
También sabemos que este tipo de animales tiene unos ciclos, no solo aquí, también en china, en el norte de Europa y en un sinfín de países, según los cuales, cada cierto número de años se convierten en plaga, cuando se unen una serie de factores, clima, alimento, agua, falta de predadores. Factores que actualmente desconocemos gracias a la falta de investigaciones por parte de nuestras administraciones. 


Tenemos noticias de plagas de topillos en Castilla y león en los años 1982, 1988, 1994, 1999, y 2007, como se observa son ciclos de entre 5-7 años, en los que por razones todavía sin comprender exactamente, estos animales disparan su número. 


Los ecologistas, por supuesto, ni tenemos la solución, ni somos los culpables, pero sí podemos aconsejar una serie de medidas que se deberían de tomar, no para acabar mañana con esta plaga, pero que ayudarían a minimizar sus daños. 


La primera es un estudio serio de las poblaciones del topillo, su biología, sus preferencias de alimentación, su comportamiento, sus enfermedades, densidades por ha, relación con el clima, con los depredadores, entre estos incluimos a rapaces, culebras, lagartos, comadrejas erizos, cigüeñas, avutardas, zorros y un largo etc., de animales que con los cebos envenenados desaparecerían. 


La segunda es el estudio de la relación de las labores culturales con esta misma densidad, arar en profundidad, siembra directa, regadíos, tipos de cultivos a los que más atacan, etc.


La tercera es la búsqueda de métodos de control que solo afecten al topillo, pongo unos ejemplos, posaderos y nidos artificiales para aves rapaces, refugios en las lindes para predadores como culebras, lagartos, comadrejas, erizos etc., trampeo selectivo. 


Y la cuarta es la concienciación de las administraciones sobre el respeto a determinados equilibrios en la naturaleza, cuando se envenena masivamente, no solo mueren los topillos, la cadena no se para, los topillos muertos acaban en estómagos de cigüeñas, avutardas, rapaces, zorros, gatos, perros, etc., pero el veneno además es ingerido por perdices, codornices, liebres y otras especies cinegéticas, que al final van a nuestros estómagos, pero de esto no se suele hablar, y al final la naturaleza nos devuelve el veneno. 


Estos trabajos evidentemente no se hacen en un mes, son trabajos a largo plazo que debería acometer nuestra administración, dedicar un esfuerzo, ya que los daños y esto nadie lo niega, son cuantiosos para los agricultores. 
Posiblemente, si el invierno viene frio y con heladas, esta plaga desaparecerá, y nos olvidaremos de ella hasta dentro de unos años, y volverán, tal vez con más virulencia. Para evitar otro desastre similar al de este año hay que acordarse de que ciertas prácticas evitan esta y otras plagas, hay animales que nos ayudan mucho y que ya apenas existen por que los consideramos repulsivos, las culebras, los lagartos, los erizos, las comadrejas, y un largo etc., fomentar su número no perjudica en absoluto a la agricultura y sería fácil con una serie de medidas a largo plazo, refugios en las lindes, posaderos de postes, algunos montones de piedras, y sobre todo no matarlos cada vez que nos encontramos con alguno de ellos. 


Por otro lado la política de subvenciones ha creado un tipo de agricultura que no se preocupa de las labores agrícolas como antaño, y no es culpa del agricultor, antes se araba para que la tierra retuviera el agua y enterrar restos, ahora hay junto al buen agricultor profesional, otro tipo de agricultor que cultiva bajo coste mínimo, que ara para que en la inspección se vea la tierra de “retirada obligatoria”, todos los que están en este mundillo comprenden de lo que hablamos, y esto crea ciertos vicios que son monocultivos, monolabores y monoplagas. 


Pero en todo esto ¿qué tienen que ver los ecologistas?, la solución inmediata no la tienen ellos, posiblemente no la tenga nadie, ya que después de oír a todos los ingenieros y biólogos de la junta, nadie la ha dado, y de los políticos ni hablemos, ya sabemos que ellos no han roto un plato, se despachan diciendo que como los ecologistas denunciaron en Palencia el uso de venenos pues los ecologistas tienen la culpa, no dicen que en Palencia se uso veneno durante un mes y las mismas parcelas tienen igual de plaga que donde no se uso, y que en el viaje murieron un montón de especies como avutardas, cigüeñas, liebres, palomas, perdices y un largo etc. 


Cuando alguien hace algo mal y vive del que dirán no le queda más remedio que echar la culpa a otros, los ecologistas en este caso son el blanco ideal. Y para desviar la atención y que nadie los llame inútiles, intentar que los agricultores se entretengan enfrentándose a los ecologistas. Que no se confundan, no hay ecologistas contentos con esta plaga de Topillos, además es un problema sanitario y económico de primer orden que no beneficia a nadie. Bueno puede que si obtengan alguien beneficio, aquellos que les gustaría que ecologistas y agricultores se preocuparán solo de insultarse y no de poner su punto de mira en los verdaderos culpables. 


Afortunadamente y así lo creemos muchos, hay agricultores y ecologistas que saben de sobra de donde vienen estos problemas, y sabemos que no vienen del cielo, ni en camiones, ni en paracaídas, vienen de una política que ha olvidado totalmente a sus habitantes para instalarse en el sistema de la zanahoria y el burro, que creen que los que pueblan los campos de castilla son tontos y se lo tragan todo, y si uno dice que los ecologistas tiran topillos en avionetas, pues estos se lo van a creer, y además no hacen nada para evitar el rumor, no nos olvidemos que hasta la fecha no hemos visto ningún comunicado de la junta de Castilla y león desmintiendo rumores y explicando claramente el origen de las cosas, tal vez les interesa que así queden las cosas, pues imagínense que un agricultor ata cabos y adivina al final, que esto de los topillos, con atención de la junta, con investigación y con unas políticas que se preocupen del campo y de la naturaleza sería evitable en el futuro, pues a lo peor no les vota y se les acaba lo de tragar del dinero que les damos todos por ir a beber vino a las inauguraciones de las ferias de Desarrollo Rural. 

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